
El Infonavit y el Fovissste se han fijado como meta convertir a pesos todos los créditos hipotecarios de las UMAS para el año 2024, como parte de su propósito. Al momento, el instituto ha alcanzado el cincuenta por ciento de su meta, y es probable que Carlos Martínez pueda guiarlo al éxito. Sin embargo, el instituto de César Buenrostro acaba de arrancar y, sinceramente, no cuenta con los recursos financieros necesarios para llevar a cabo un cambio tan importante de golpe.
Debido a que la situación financiera del Fovissste se pondría en riesgo si el cambio de créditos UMAS a pesos se realizara de inmediato, el proceso de transformación se ha llevado a cabo de manera gradual en ambas instituciones, siendo el Infonavit el primero en iniciar el proceso.
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¿Por qué no se logró el objetivo?
César Buenrostro no ha podido alcanzar su meta de colocación de créditos de aproximadamente 50% debido a los efectos de la pandemia, la inflación en la oferta de vivienda de interés social y el desconocimiento de que era posible solicitar un crédito directamente a partir de este año. La meta de Carlos Martínez es muy clara y este año colocarán más créditos que en 2022, incluso a doble dígito y por arriba del 15%.
El consejo de administración del Fovissste está seguro de que la empresa cumplirá su objetivo de colocar 25% de sus créditos hipotecarios antes de que termine el año. Esto debido a que los trabajadores que han solicitado un crédito pero aún no saben si fueron aceptados o rechazados, se enterarán durante la temporada vacacional si su solicitud fue aceptada o rechazada.
La conversión de los créditos UMAS a pesos ha sido ordenada por ambos institutos, lo cual es una acción prudente que fortalecerá la salud financiera general de las instituciones y dará a los beneficiarios posibilidades adicionales.
Además, para sanear su cartera crediticia, el Infonavit continuará desarrollando programas de apoyo a deudores y su política de permitir prepagos sin penalización.
Fovissste también avanza en esta dirección, aunque a un ritmo más gradual; para finales de año, introducirá programas dirigidos a deudores con atrasos mayores a seis meses; este grupo demográfico representa 16 por ciento de los créditos que ya han sido desembolsados.
En conclusión, la realidad es que ambas instituciones están avanzando, pero aún se prevé que la vivienda de interés social experimente retrasos y retos en su desarrollo. Esto se debe a que la inflación y las tasas de interés sí afectan el costo de los materiales de construcción, pero no modifican las tasas de interés que son suministradas por ambas instituciones.
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